El sabio Yajñavalkya dice a Bharadwaja:
[...] Escucha, oh sabio, una antigua y sagrada leyenda que Sambhu contó a Girija.
Había una ciudad llamada Kaikaya, famosa en todo el mundo. En ella gobernaba un rey llamado Satyaketu.
Era un hombre virtuoso, fuente de sabiduría política, digno, glorioso, amable y poderoso.
Tenía dos hijos, poseedores de todas las virtudes, y muy valerosos en la batalla.
El mayor de los dos, heredero del trono, se llamaba Pratapabhanu.
El otro era Arimardana, único en su fuerza.
Los dos hermanos se sentían muy unidos, y el cariño que se tenían estaba libre de toda mancha y vileza.
El rey dejó el trono al hijo mayor y se retiró al bosque en busca de la devoción a Sri Hari. [...]
Había una ciudad llamada Kaikaya, famosa en todo el mundo. En ella gobernaba un rey llamado Satyaketu.
Era un hombre virtuoso, fuente de sabiduría política, digno, glorioso, amable y poderoso.
Tenía dos hijos, poseedores de todas las virtudes, y muy valerosos en la batalla.
El mayor de los dos, heredero del trono, se llamaba Pratapabhanu.
El otro era Arimardana, único en su fuerza.
Los dos hermanos se sentían muy unidos, y el cariño que se tenían estaba libre de toda mancha y vileza.
El rey dejó el trono al hijo mayor y se retiró al bosque en busca de la devoción a Sri Hari. [...]